lunes, 11 de febrero de 2008

Corriendo hacia ningún lado, otra vez.


et le silence est tombé


No vamos a empezar a rezongar por que sí. No podemos gritar sólo por que tenemos fuerza y somos la especie menos racional de todas. Es simple. Reaccionamos por instinto, y lo hacemos inconcientes, esto nos lleva a decir que los días lunes son sólo una alucinación. Si.

Deberíamos reírnos de las paranoias que pasan desapercibidas, como la de los celulares, la de los vegetarianos, y los machistas. Los machistas son tan parecidos a los días lunes. Y las chicas que no pueden pensar un poco más de lo que es indispensable, digamos que tienen miedo. Miedo de tener derrames. Bueno no sé. Son posturas, como cualquier otra. Pero uno para necesitarlas debe estar muy aburrido ya de la basura-televisión, que nos limita a informarnos, o “educarnos”, por que no?, ellos les muestran, ustedes se idiotizan con la bazofia ya antes nombrada. Habiendo tantos lugares donde huir un lunes como hoy, lugares donde quizás gente que prescinda de pensamientos vacíos puede sentirse bien, pueda pasar horas en el mismo momento y no desesperarse por (otra vez) las manecillas del señor-hora, que siguen siendo iguales. Los ojos del reloj fijos en mi frente en mi gota de transpiración que rebalsa lo real. Y pretendo patearlo y pensar que un lunes como hoy puede ser repetido, o no. Tal vez nunca más un día como hoy pueda ser tan agradable. Pero es cierto que de las debilidades nacen los gustos y el sentirse a gusto, de una puta vez.

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