lunes, 31 de marzo de 2008

Alucinaciones

("Harmlessly passing your time in the grassland away;
Only dimly aware of a certain unease in the air")



Cállate la boca. Niño demonio, pedazo de árbol. Deja que este cuerpo descienda en tranquilidad, permite que mis ojos se cierren sólo para recordar. Dilata mi nuevo suspiro en momentos de ansiedad, destroza esta locura que se aproxima, y que está tan cerca como tu. Simplemente necesito que no me corten más las alas, que tan poco pretenden y que sólo intentan un mejor vuelo esta mañana, no provoques disturbios en mi trayectoria matutina, no lastimes mis alas ni me enfurezcas, sólo permite que pueda elevarme hasta arriba sintiendo de a poco como el fuego se apodera de mi, como ardo dentro de mí misma, otra vez, sintiendo como me deslizo en el aire y siento que nada importa, siento que esto es cada vez más sencillo, antes de volver a caer dentro de esta realidad, hasta la noche, que todo nos devuelve, los sueños interpretando deseos ocultos, insatisfechos, bajezas e insultos, la fiebre de vivir, esa mierda sin nombre. A mi la realidad me pone en otro punto del plano realmente, es mucho más amplio y cómodo, entre nubes se está muchísimo mejor, lástima que todo dura tan poco, y nada me devolvería a mi esa tranquilidad, y mis ojos se cierran delante de una tempestad de momentos que aturden y se muestran dejándome completamente perpleja, sumergida en naves de olvido, en burbujas de humo ilegal.

domingo, 30 de marzo de 2008

Testimonios de la mala educación...


"And the rain falls on the city
And the rain falls on the city
And the rain falls on the city"

Nada… nada como llegar y agarrarte con las dos manos, subirlas y bajarlas, las veces que sean necesarias para saciar el extrañamiento, la lluvia mojándome la cara, el aire aún más puro que este amor. Todo empieza como un nuevo día de sol, con la diferencia marcada por la lluvia, por sus sonidos melancólicos, su sólida apariencia de interminable, y esos pájaros al otro lado de la calle, que rellenan mi incertidumbre. Un día azul. Una pretendida felicidad, que se escapa como un pez, sólo por que no sé de qué manera mover las piezas de este ajedrez inacabable, como el sonido de esa lluvia, como esa almohada. Todo apuntando a mi cabeza de una manera extraordinaria, haciéndome despertar. El lujo de estas palabras que interpretan sólo una mínima parte de todo lo que desde hoy sé, que es, en realidad, algo que supe siempre, pero que sin embargo, intentaré olvidar pronto. Lo que pienso o sé, no es nada, pero es inevitable, te veo asomarte, otra vez sobre mis tristezas, y estás allí largo rato, mirándome pasar, esperando que desaparezca, enterado de mi irritabilidad, pero intacto. No conozco muy bien estos casos, pero sé que hay una tendencia a explotar, a desatarse el uno del otro sólo para confirmar la absolución de nuestros deseos, por que la noche terminó, y con ella se fue la tentación, la locura. En cierto modo todo sigue aquí, comiéndome, alimentándome, y es esa ironía, la que me mantiene adentro.


sábado, 29 de marzo de 2008

Rayuela. Capítulo tres


El tercer cigarrillo del insomnio se quemaba en la boca de Horacio Oliveira sentado en la cama; una o dos veces había pasado levemente la mano por el pelo de la Maga dormida contra él. Era la madrugada del lunes, habían dejado irse la tarde y la noche del domingo, leyendo, escuchando discos, levantándose alternativamente para calentar café o cebar mate. Al final de un cuarteto de Haydn la Maga se había dormido y Oliveira, sin ganas de seguir escuchando, desenchufó el tocadiscos desde la cama; el disco siguió girando unas pocas vueltas, ya sin que ningún sonido brotara del parlante. No sabía por qué pero esa inercia estúpida lo había hecho pensar en los movimientos aparentemente inútiles de algunos insectos, de algunos niños. No podía dormir, fumaba mirando la ventana abierta, la bohardilla donde a veces un violinista con joroba estudiaba hasta muy tarde. No hacía calor, pero el cuerpo de la Maga le calentaba la pierna y el flanco derecho; se apartó poco a poco, pensó que la noche iba a ser larga.

Se sentía muy bien, como siempre que la Maga y él habían conseguido llegar al final de un encuentro sin chocar y sin exasperarse. Le importaba muy poco la carta de su hermano, rotundo abogado rosarino que producía cuatro pliegos de papel avión acerca de los deberes filiales y ciudadanos malbaratados por Oliveira. La carta era una verdadera delicia y ya la había fijado con scotch tape en la pared para que la saborearan sus amigos. Lo único importante era la confirmación de un envío de dinero por la bolsa negra, que su hermano llamaba delicadamente «el comisionista». Oliveira pensó que podría comprar unos libros que andaba queriendo leer, y que le daría tres mil francos a la Maga para que hiciese lo que le diera la gana, probablemente comprar un elefante de felpa de tamaño casi natural para estupefacción de Rocamadour. Por la mañana tendría que ir a lo del viejo Trouille y ponerle al día la correspondencia con Latinoamérica. Salir, hacer, poner al día, no eran cosas que ayudaran a dormirse. Poner al día, vaya expresión. Hacer. Hacer algo, hacer el bien, hacer pis, hacer tiempo, la acción en todas sus barajas. Pero detrás de toda acción había una protesta, porque todo hacer significaba salir de para llegar a, o mover algo para que estuviera aquí y no allí, o entrar en esa casa en vez de no entrar o entrar en la de al lado, es decir que en todo acto había la admisión de una carencia, de algo no hecho todavía y que era posible hacer, la protesta tácita frente a la continua evidencia de la falta, de la merma, de la parvedad del presente. Creer que la acción podía colmar, o que la suma de las acciones podía realmente equivaler a una vida digna de este nombre, era una ilusión de moralista. Valía más renunciar, porque la renuncia a la acción era la protesta misma y no su máscara. Oliveira encendió otro cigarrillo, y su mínimo hacer lo obligó a sonreírse irónicamente y a tomarse el pelo en el acto mismo. Poco le importaban los análisis superficiales, casi siempre viciados por la distracción y las trampas filológicas. Lo único cierto era el peso en la boca del estómago, la sospecha física de que algo no andaba bien, de que casi nunca había andado bien. No era ni siquiera un problema, sino haberse negado desde temprano a las mentiras colectivas o a la soledad rencorosa del que se pone a estudiar los isótopos radiactivos o la presidencia de Bartolomé Mitre. Si algo había elegido desde joven era no defenderse mediante la rápida y ansiosa acumulación de una «cultura», truco por excelencia de la clase media argentina para hurtar el cuerpo a la realidad nacional y a cualquier otra, y creerse a salvo del vacío que la rodeaba. Tal vez gracias a esa especie de fiaca sistemática, como la definía su camarada Traveler, se había librado de ingresar en ese orden fariseo (en el que militaban muchos amigos suyos, en general de buena fe porque la cosa era posible, había ejemplos), que esquivaba el fondo de los problemas mediante una especialización de cualquier orden, cuyo ejercicio confería irónicamente las más altas ejecutorias de argentinidad. Por lo demás le parecía tramposo y fácil mezclar problemas históricos como el ser argentino o esquimal, con problemas como el de la acción o la renuncia. Había vivido lo suficiente para sospechar eso que, pegado a las narices de cualquiera, se le escapa con la mayor frecuencia: el peso del sujeto en la noción del objeto. La Maga era de las pocas que no olvidaban jamás que la cara de un tipo influía siempre en la idea que pudiera hacerse del comunismo o la civilización cretomicénica, y que la forma de sus manos estaba presente en lo que su dueño pudiera sentir frente a Ghirlandaio o Dostoievski. Por eso Oliveira tendía a admitir que su grupo sanguíneo, el hecho de haber pasado la infancia rodeado de tíos majestuosos, unos amores contrariados en la adolescencia y una facilidad para la astenia podían ser factores de primer orden en su cosmovisión. Era clase media, era porteño, era colegio nacional, y esas cosas no se arreglan así nomás. Lo malo estaba en que a fuerza de temer la excesiva localización de los puntos de vista, había terminado por pesar y hasta aceptar demasiado el sí y el no de todo, a mirar desde el fiel los platillos de la balanza. En París todo le era Buenos Aires y viceversa; en lo más ahincado del amor padecía y acataba la pérdida y el olvido. Actitud perniciosamente cómoda y hasta fácil a poco que se volviera un reflejo y una técnica; la lucidez terrible del paralítico, la ceguera del atleta perfectamente estúpido. Se empieza a andar por la vida con el paso pachorriento del filósofo y del clochard, reduciendo cada vez más los gestos vitales al mero instinto de conservación, al ejercicio de una conciencia más atenta a no dejarse engañar que a aprehender la verdad. Quietismo laico, ataraxia moderada, atenta desatención. Lo importante para Oliveira era asistir sin desmayo al espectáculo de esa parcelación Tupac-Amarú, no incurrir en el pobre egocentrismo (criollicentrismo, suburcentrismo, cultucentrismo, folklocentrismo) que cotidianamente se proclamaba en torno a él bajo todas las formas posibles. A los diez años, una tarde de tíos y pontificantes homilías históricopolíticas a la sombra de unos paraísos, había manifestado tímidamente su primera reacción contra el tan hispanoitaloargentino «¡Se lo digo yo!», acompañado de un puñetazo rotundo que debía servir de ratificación iracunda. Glielo dico io! ¡Se lo digo yo, carajo! Ese yo, había alcanzado a pensar Oliveira, ¿qué valor probatorio tenía? El yo de los grandes, ¿qué omnisciencia conjugaba? A los quince años se había enterado del «sólo sé que no sé nada»; la cicuta concomitante le había parecido inevitable, no se desafía a la gente en esa forma, se lo digo yo. Más tarde le hizo gracia comprobar cómo en las formas superiores de cultura el peso de las autoridades y las influencias, la confianza que dan las buenas lecturas y la inteligencia, producían también su «se lo digo yo» finamente disimulado, incluso para el que lo profería: ahora se sucedían los «siempre he creído», «si de algo estoy seguro», «es evidente que», casi nunca compensados por una apreciación desapasionada del punto de vista opuesto. Como si la especie velara en el individuo para no dejarlo avanzar demasiado por el camino de la tolerancia, la duda inteligente, el vaivén sentimental. En un punto dado nacía el callo, la esclerosis, la definición: o negro o blanco, radical o conservador, homosexual o heterosexual, figurativo o abstracto, San Lorenzo o Boca Juniors, carne o verduras, los negocios o la poesía. Y estaba bien, porque la especie no podía fiarse de tipos como Oliveira; la carta de su hermano era exactamente la expresión de esa repulsa.

«Lo malo de todo esto», pensó, «es que desemboca inevitablemente en el animula vagula blandula. ¿Qué hacer? Con esta pregunta empecé a no dormir. Oblomov, cosa facciamo? Las grandes voces de la Historia instan a la acción: Hamlet, revenge! ¿Nos vengamos, Hamlet, o tranquilamente Chippendale y zapatillas y un buen fuego? El sirio, después de todo, elogió escandalosamente a Marta, es sabido. ¿Das la batalla, Arjuna? No podés negar los valores, rey indeciso. La lucha por la lucha misma, vivir peligrosamente, pensá en Mario el Epicúreo, en Richard Hillary, en Kyo, en T. E. Lawrence... Felices los que eligen, los que aceptan ser elegidos, los hermosos héroes, los hermosos santos, los escapistas perfectos».

Quizá. ¿Por qué no? Pero también podía ser que su punto de vista fuera el de la zorra mirando las uvas. Y también podía ser que tuviese razón, pero una razón mezquina y lamentable, una razón de hormiga contra cigarra. Si la lucidez desembocaba en la inacción, ¿no se volvía sospechosa, no encubría una forma particularmente diabólica de ceguera? La estupidez del héroe militar que salta con el polvorín, Cabral soldado heroico cubriéndose de gloria, insinuaban quizá una supervisión, un instantáneo asomarse a algo absoluto, por fuera de toda conciencia (no se le pide eso a un sargento), frente a lo cual la clarividencia ordinaria, la lucidez de gabinete, de tres de la mañana en la cama y en mitad de un cigarrillo, eran menos eficaces que las de un topo.

Le habló de todo eso a la Maga, que se había despertado y se acurrucaba contra él maullando soñolienta. La Maga abrió los ojos, se quedó pensando.

-Vos no podrías -dijo-. Vos pensás demasiado antes de hacer nada.

-Parto del principio de que la reflexión debe preceder a la acción, bobalina.

-Partís del principio -dijo la Maga-. Qué complicado. Vos sos como un testigo, sos el que va al museo y mira los cuadros. Quiero decir que los cuadros están ahí y vos en el museo, cerca y lejos al mismo tiempo. Yo soy un cuadro, Rocamadour es un cuadro. Etienne es un cuadro, esta pieza es un cuadro. Vos creés que estás en esta pieza pero no estás. Vos estás mirando la pieza, no estás en la pieza.

-Esta chica lo dejaría verde a Santo Tomás -dijo Oliveira.

-¿Por qué Santo Tomás? -dijo la Maga-. ¿Ese idiota que quería ver para creer?

-Sí, querida -dijo Oliveira, pensando que en el fondo la Maga había embocado el verdadero santo. Feliz de ella que podía creer sin ver, que formaba cuerpo con la duración, el continuo de la vida. Feliz de ella que estaba dentro de la pieza, que tenía derecho de ciudad en todo lo que tocaba y convivía, pez río abajo, hoja en el árbol, nube en el cielo, imagen en el poema. Pez, hoja, nube, imagen: exactamente eso, a menos que...

jueves, 27 de marzo de 2008

Cowboys - Portishead

(Dalí, cuadros de Dalí)

miércoles, 26 de marzo de 2008

Jan Saudek



(Massive suicide)

martes, 25 de marzo de 2008


(So I throw the windows wide
And call to you across the sky)


De eso se trata… A veces pienso que andar dando vueltas sobre uno mismo genera dependencia a la larga, no lo sé, quizás sea sólo un pensamiento, cualquiera sea, se apartará pronto. Como todo. Es una cuestión de tipo matemática, las cosas se alejan a medida que las deseamos, y con esto se aprende a estar tranquilo, de otra manera, caminando sobre montones de tierra al rayo del sol se la pasa mejor, pero todo se aleja, como el tiempo, como esas lágrimas que hoy brotan de tus ojos para demostrarte que es más fácil de lo que parece, nada más que el pensar arruina, y eso es misceláneo. Mientras uno más consume tristezas más las produce, digamos que es por acostumbramiento. Pero ahora, lo inevitable que se torna, de esa dependencia hablo, de no poder escapar de lo que nos enamora pero nos hace decadentes, lo que nos limita a dar vueltas y vueltas alrededor de algo que no tiene forma, pero defendemos esa deformidad tanto, que termina por marchitarnos. A la luz todo es más horrible, claro.

lunes, 24 de marzo de 2008

Thoughts



Why can't we play today ?
Why can't we stay that way ?

Mujeres, Charles Bukowski



Me gustan los colores
de sus ropas,
su manera de andar,
la crueldad de algunos rostros
de vez en cuando
la belleza casi pura de una cara
total y encantadoramente femenina.
Están por encima de nosotros
planean mejor y se organizan mejor.
Mientras los hombres ven televisión
toman cervezas y juegan al béisbol,
ellas, las mujeres,
piensan en nosotros, concentrándose,
estudiando, decidiendo, si aceptarnos,
descartarnos, cambiarnos, matarnos o
simplemente abandonarnos.
Al final no importa
ya que hicieran lo que hicieran
acabamos locos y solos.

Confesión, Charles Bukowski

Esperando la muerte
Como un gato
Que va a saltar sobre
La cama

Me da tanta pena
Mi mujer

Ella verá este
Cuerpo
Blanco
Rígido
Lo zarandeará una vez y luego
Quizás
Otra:


Hank no
Responderá.

No es mi muerte lo que
Me preocupa, es mi mujer
Que se quedará con este
Montón de
Nada.

Quiero que
Sepa
Sin embargo
Que todas las noches
Que he dormido a su lado

Incluso las discusiones
Más inútiles
Siempre fueron
Algo espléndido

Y esas difíciles
Palabras
Que siempre temí
Decir
Pueden decirse
Ahora:

Te amo.

Desconexión interior (...)



(A veces es mejor dejar caer los sentimientos al suelo)


Siento como,

Te deslizas en mi mente,

De un lado para el otro,

Desde hace días,

Sin permitirme,

Respirar aire,

Del que estés completamente fuera.

No comprendo,

Las causas,

De cierta locura,

Que me atraviesa,

De arriba abajo,

Con un inmundo tarareo,

Y un sabor,

A tus labios,

Que son más,

Que un pedazo de nube,

Pero a la vez,

Se secan y desvanecen,

Tristemente,

Se ocultan detrás de mi orgullo,

De mi más grande dolor.

Entre ausencias

Se colma mi aire

De fuego denso

E irrespirable

Todo lo que provoca,

Tu movimiento,

Lento y preciso,

Dentro de mi mente,

Que no fluye,

Sino dentro de ese pensamiento,

Ese péndulo que significas para mí.

Por que nada más hay,

En un juego como tal,

Nada más existe,

Dentro de estas palabras,

Que nada más impiden,

Decir crudamente

La realidad, que creo es visible,

La que no me deja,

Escapar de tu presencia,

Que es ausencia,

Para mí.

El calor,

O el frío,

Entonces nos extremamos

Cada vez más,

Buscando un fin a lo lejos,

Y encontrándolo súbitamente.

domingo, 23 de marzo de 2008

Love Buzz





Putrefacciones nocturnas


Al desarmarme me doy cuenta que todo el camino es siempre igual, caer, morir, ponerse otra vez de pie, y así es como sucesivamente repito mis actos una y otra vez por más ilógicos que parezcan, en un ciclo, el ciclo de la estupidez, o de la vida. Pasajes hacia un lugar que me llene de brillo los ojos, pero es inútil, sigo estando en el mismo lugar, luego de un rato, sigo mirando el techo sin devoción alguna, pero lejos de esa tristeza espesa que suele carcomer el sonido de la música, esta vez, entendiendo que la posibilidad de encontrarme sola es lo más seguramente divertido y permanente que tengo, y eso esta bien, pero ese techo… Digamos que siempre hay algo que nos mantiene en desacuerdo con las condiciones normales, hay una grandísima distancia entre el deseo y la realidad, puedo asegurar cada vez estoy más resignada a saber que siempre algo va a estar fuera de su lugar, Merde! Y es así, porque no puedo agitar el mundo cual perro pulgoso para que caiga todo lo molesto y esas cosas. Y al caer en profundo sueño, incluso, nos damos cuenta de otras verdades posibles, maldito inconciente! Cuando te miro entrar por esa puerta, y es tan real el deseo, y es tan tangible tu llegada, cuando tus pasos resuenan tan fuerte en mi cabeza, en ese mismo momento, abro mis dos ojos, y la burla del inconciente lanza una carcajada interminable sobre mis ojos, aún perplejos.

sábado, 22 de marzo de 2008

Pausas y Eternidades


(dentro de un momento que sin duda ya no existe)



Cuando la oscuridad tiñe mis ojos, es cuando más espero a ese descansar inmediato de la mente. Horas de incesantes movimientos inconcientes, el momento de la vida paralela, el alivio o respiro luego de las labores diurnas, que suelen ser soleadas, o quizás, mojadas… Da lo mismo, es un vaivén de tiempo, es un derrame, una mancha en la pared, digo, estar aquí sentada, ya demuestra que da lo mismo. Realmente, entre estar acá o allá, no hay una gran diferencia, sólo la distancia que me separa de mi único deseo, pero este deseo, da igual, me doy cuenta de esto, por que el tiempo pasa y sigue siendo superfluo, me pensamiento no concreta un deseo, sólo penetra incurables teorías acerca del movimiento, y de mi respectiva imposibilidad. Hablar de más antes de dormir, sobre todo en un día como hoy, algo que siempre me gustó. Llenar de palabras un espacio que puede estar vacío, todo para no deslizarme, es que todo sigue siendo igual ante mis ojos, es tal el desinterés que ni raro me parece, por que da igual. Siento que el adormecimiento comienza a aflorar en mis extremidades inferiores, pero pasa desapercibido fácilmente en un lapso de desinterés total sobre mi existencia. Casi todo preparado para lo mismo, lo que me aterra, y ésta rutina. Me está esperando, y yo no lo quiero ver, sigo siendo víctima de mi ignorancia hacia la repentina necesidad de desaparecer otra vez al día. Otra vez en este día. Claustro enfermizo de mi mente, que dilata la espera unos momentos más. Unos momentos más de nada. Un suspiro que contiene veinticuatro horas, y el pretendido descaso.

viernes, 21 de marzo de 2008

Azote!


Termino por escuchar el infinito grillo, todas las noches es la misma canción inundando mis oídos de tormentosos recuerdos húmedos, tomates podridos acolchonando una ilusión que se deforma de a poco. Se escandaliza mi ánimo de manera hostil, no tengo que volver a pensar en aquellos grillos, terminan provocándome siempre la misma repugnancia, nada tiene tan poco sentido como esto, nada me produce un vacío tan grande, y el cielo se profundiza para poder estremecer mi horror, de una vez por todas.

Bailando a través de baldosas partidas y tiempo que espera en el cordón de la vereda, espera ser tomado en cuenta, no pasar desapercibido otra vez, con tanta naturalidad. Nosotros, estupefactos de tanta carrera, no vemos la simplicidad con la que todo huye, o se escurre, mejor dicho, de nuestras tenazas, entonces destruimos con nuestras propias manos el tiempo que por casualidad nos condiciona. Nos condiciona a estar quietos, a detenernos delante de la vida sorprendidos de tanta causalidad.

jueves, 20 de marzo de 2008

Kiss of fire / Louis Armstrong

Seamus/ Meddle/ Pink Floyd London

I was in the kitchen,
Seamus, that's the dog, was outside.
Well, I was in the kitchen,
Seamus, my old hound, was outside.
Well, the sun sinks slowly
But my old hound just sat right down and cried




martes, 18 de marzo de 2008

Bron-Y-Aur-Stomp / LED ZEPPELIN

Ah caught you smiling at me, that's the way it should be,
Like a leaf is to a tree, so fine.

Ah all the good times we had, I sang love songs so glad
Always smiling, never sad, so fine.

As we walk down the country lanes, I'll be singing a song,
Hear me calling your name.
Hear the wind within the trees, telling Mother Nature 'bout you and me.

Well if the sunshine's so bright, or on our way it's darkest night
The road we choose is always right, so fine.

Ah can your love be so strong when so many loves go wrong
Will our love go on and on...

As we walk down the country lanes, I'll be singing a song,
Hear me calling your name.
Hear the wind within the trees, telling Mother Nature 'bout you and me.

My, my, la-de-la, come on now it ain't too far,
Tell your friends all around the world,
Ain't no companion like a blue eyed merle.
Come on now well let me tell you,
What you're missing, messing, 'round them brick walls.

So of one thing I am sure, it's a friendship so pure,
Angels singing all around my dog's so fine.
Yeah, ain't but one thing to do spend my nat'ral life with you,
You're the finest dog I knew, so fine.

When you're old and your eyes are dim, there ain't no old Shep gonna happen again,
We'll still go walking down country lanes, I'll sing the same old songs,
Hear me call your name.

lunes, 17 de marzo de 2008


(L'amoure)

And call to you across the sky


Tiempo… que es lo que nos da la seguridad del existir acá y ahora. Por el momento, no tengo nada más que decir respecto del tiempo que pasa delante nuestro y nos arrebata vilmente esta símil y pútrida felicidad, esa simbiosis, eso. Un intento o un pataleo interminable, una súplica, y por fin, acá y ahora, se va, lo veo, se fue. Un nuevo intento y la estupidez, interminables e ilógicas satisfacciones, van y vuelven, rondan, respiran de mí, y luego un nuevo momento de soledad, por fin, esa aceptación, esa tranquilidad que sólo uno mismo puede proporcionar… Tertulias donde solo uno mismo puede definir con cuanta claridad quiere ver las cosas, un ambiente calmo y luego de un “tiempo” tus ojos. Otra vez la vida pendular, el paralelismo de mis ojos frente a esos otros que se dejan perturbar cómodamente, movimientos sigilosos, sobre el filo del cuchillo, que es el lugar por excelencia para pasear, sobre todo ahora, que se puede.

domingo, 16 de marzo de 2008

Introspección


("El fin del amor, pero amor en fin")




Te dejo,

Te suelto las manos,

Hoy,

Mira ese camino

Te pide que lo sigas

Es necesario

Que me impidas seguirte

También.

Lejos,

Te necesito,

Te necesito lejos.

Vete lejos,

Por que mi necesidad,

Te lastima,

Demasiado,

Como a mí.

Corre,

Escapa rápido,

No me permitas seguirte,

Ni me sigas.

Interpone tu libertad,

Y huye,

De una vez,

De aquí,

No es bueno,

Pero no puedo,

Dejarte.

Me quema,

Verte correr,

Pero me asfixia,

Que estés aquí.

Mi locura,

Por un lado mi locura,

Por otro el amor,

Que no te deja salir,

Pero no vuelvas,

A este lugar,

O no habrá elección.

Mi cuerpo,

Paralizado,

Hasta el momento,

En que regreses.

Entonces,

Giro alrededor,

De la ironía.

Otra vez.

Un corps dans des ombres


Jan Saudek

Temerosos de todo, encerrados en una cajita de cartón, esperando otra mentira, mirando hacia otra dirección, esta vez, sin más que dos ojos. Tiempo perdido en estaciones tardías, en momentos eternos de tu cuerpo sobre el mío, brindamos por más de eso, y es realmente insano. En el instante no lo puedo definir, pero mirarte es como la luz que entra por la ventana, el este a las 7 de la mañana, tu rostro determinando cada uno de los movimientos de mis pupilas, y que divertido es el tono de mi voz, si en algún momento separas tu respiración de mí. Estábamos perdidos, en cierto sentido, pero todo se alivia, todo desaparece, hasta la realidad, y lo que necesitamos también se desvanece, pero en ese caso, mis disfraces no estarían esperando el momento de aparecer, sería completamente natural el estar así, guarecida por los kilómetros. Paso el tiempo viviendo alrededor de un círculo infinito de idas y vueltas, pero nada, en realidad. Y todo significa seguir girando, en la medida de lo posible. Por momentos la locura que no puedo explicar, se agiganta, y grita, decide que todo se quiebra como de costumbre, y que ningún cuerpo se posa de esa manera. El final. El final de un sinfín de sensaciones que contaminan, necesito correr, correr hacia un sitio blanco, me gusta verme sangrar.

sábado, 15 de marzo de 2008

viernes, 14 de marzo de 2008

Fuel / Metallica

On I burn!


Give me fuel, give me fire
Give me that which I desire

Turn on, I see red
Adrenaline crash and crack my head
Nitro junkie, paint me dead
And I see red

A hundred plus through Black and White
War horse, warhead
Fuck 'em man, white knuckles tight
Through Black and White


Uh, on I burn
Fuel is pumping engines
Burning hard, loose and clean

And on I burn
Churning my direction
Quench my thirst with gasoline

So gimme fuel, gimme fire
Gimme that which I desire

Turn on beyond the bone
Swallow future, spit out home
Burn your face upon the crome

Take the corner, join the crash
Headlights, headlines
Another Junkie lives too fast
Yeah, lives way too fast, fast, fast

White knuckle tight!

Gimme fuel.... On I burn, on and on
Gimme fire.... On I burn, on and on
My desire....

miércoles, 12 de marzo de 2008

Pigs on the wing


If you didn't care what happened to me,
And I didn't care for you,
We would zig zag our way through the boredom and pain
Occasionally glancing up through the rain.
Wondering which of the buggers to blame
And watching for pigs on the wing



You know that I care what happens to you,
And I know that you care for me.
So I don't feel alone,
Or the weight of the stone,
Now that I've found somewhere safe
To bury my bone.
And any fool knows a dog needs a home,
A shelter from pigs on the wing.



martes, 11 de marzo de 2008

lunes, 10 de marzo de 2008

notas incompletas...


Oficios superfluos. Se parten los eslabones y todo el polvo se esparce dentro de mis pupilas, fuego interminable. Distancias marcadas, en última instancia por mí. Lejanía incomprendida, lo siento, son sólo respiros eternos, absolutamente necesarios, este camino se bifurca y te extiendo mi mano, la conexión que no existe, el desamor partiendo mi frente, pero esa verdad persistente me descree de todo lo anterior. Entonces somos libres, y nada me haría cambiar de parecer.

domingo, 9 de marzo de 2008

sábado, 8 de marzo de 2008

Cualidades de la gran obsesión


Pasando el tiempo, envejeciendo en vuelos paralelos. Mirando asfalto, mirando por lo bajo, esperando que todo de a poco suceda, desdibujando nuestra imagen, perdiéndola, rebuscando instintos que desaparecen, masticando vida, haciendo aviones del tipo de papel. No existen motivos, ni lugares, son sólo palabras filosas, sólo encuentros con una posible existencia. Pero de posibilidades es que me estoy quedando muda, de terror es que no puedo ya casi mirarte a los ojos, es simplemente que jamás lo sabrías, entonces todo esto no tiene valor, nadie lo nota, entonces otra vez en la copa del árbol intento meditar, llegando a la conclusión por excelencia, el descender fácilmente, el dejarse morir rápidamente, el sanar las heridas momentáneamente y esta vez para siempre. El envejecer tiene que ver conmigo, con este paralelismo, pero tiene que ver directamente con la mentira, o sea, con vos y tus colores, tus actos inmediatos, y lo que ellos determinan, y nada. Nada por que no quiero detallar el momento precisamente, plasmaría la incertidumbre pero, de qué me sirve viajar kilómetros y kilómetros, si al fin y al cabo aquí y en el fondo del mar el sentir agobiaría mi existir aún. Más allá, allí estas, mucho más allá. Tan estúpido como yo te deseaba, una vez más. El odio estorbando y las buenas noticias. Un nuevo cambio, un abrir y no cerrar de ojos. El próximo parpadeo, y tu mentira, fundiéndome ahora finalmente.

viernes, 7 de marzo de 2008

You know!

"No hay ojos que, soporten tanta claridad"

Demasiado temprano para despertar, demasiado lejos, también. Te tengo entre el corazón y el riñón, o el hígado, siempre escarbando, tus dientes clavados en mi cuello y el trabajo sucio, que es la parte más divertida, siempre te toca a vos. La parte delicada, como la de lavar platos o andar dando volteretas sin sentido, es la que me corresponde a mi, la tarea aburrida, intentos, manotazos, terribles e interminables alergias. No lo entenderías. Es ese cielo que nos cubre, el que me atormenta, el que me acaricia por momentos, el mismo que me sostiene de caerme, y a la vez me empuja. Necesito estar del otro lado, no llegaría, tu mano se sorprende al verme soltarla, es que de otra manera nunca podré entenderlo, el puente, el fuego, el precipicio, y lo cierto. Mi persecución, mi locura, y la boca del dragón respirando sobre mi nuca. Se terminaron las historias de verdes y armoniosos bosques, ahora todo es azul, hasta mi sombra.

Otro día de sol que se transfiguró en el murmullo de un árbol, uno que sólo me vio pasar, y me sonrió. Éste me dijo que la salida fácil, estaba en el lugar blanco, el lugar blanco de mi mente.

jueves, 6 de marzo de 2008

miércoles, 5 de marzo de 2008

Café negruzco


Lluvias dispersas, la ciudad, cierto comportamiento extraño, cierta normalidad en todo caso. Necesidades que abruman y colman de llamados telefónicos este sitio. Cuerpos estupefactos, romances de papel. Te puedo hablar de miles de gentes que no saben como volver a su casa, por que en realidad, nunca lo supieron, y no es menos inteligente que volver, qué me decís?. El volver no significa absolutamente nada, es una cotidianeidad más, como muchas otras, motivos importantes de mi falta de pelo, y de paciencia. No sé hasta donde estamos dispuestos a tirar de la cuerda, a soportar lo insoportable, a morir espectacularmente en cada instante de paz, en el cual nos acordamos de cosas tan tangibles como el desamor, la verdad de estar aquí ahora, de tener que sangrar las heridas una y otra vez, infinitamente, con los ojos cristalizados de tanta decadencia, tanta sumisión.

Entre medio de esos ojos encuentro mi refugio, sepan entenderlo, la única manera de salir, es entrando. Nada más simple que eso, ese dolor interminable, esa inmensa alegría eterna que me invade, pero finalmente ese dolor, ácido y casi definitivo, pero casi, como todo lo que nos da el gusto de seguir para poder darse el lujo de escribir. Seguir interminablemente, en un sendero azul o violeta, entre nubes reales o imaginarias, entre esos pulpos amorales que extienden sus tentáculos sólo para saber que estoy allí, en un mismo nivel, en su destino, como sus abrazos en el mío. Tu ternura me disuelve, agita mis mares, y los revuelve, los estremece, crepúsculos negros.

martes, 4 de marzo de 2008

probabilidades..

{La vegetación me da cuenta de todo lo aledaño. Los cerdos abundan, y realmente se ve borroso a esta altura del valle, creo que descender sería apropiado, ¿descender, cómo?

No hay maneras apropiadas de hacerlo, todas son insoportables. Como cualquier castigo por un acto de irresponsabilidad o de maldad o de lo que puta sea. Si subís a un árbol y no te podes bajar, tírate inmediatamente lo demás es perder el tiempo en pavadas. Entretención, o una estación de servicio}

Rondo allegro


Terminantemente hurtados. Los dos. Perdidos en el mismo rumbo. Dejando todo lo implicado atrás, hasta su más pueril sentimiento. Yo tampoco creo, y sé muy bien que las cosas en este mundo son así, interminables. Como los dolores. Como las hermosas sonatas de Beethoven. Como esta mañana, cuando tuve que escapar de todos lados, corriendo con ritmo de fuga. Los días pasados se quemaron delante de mis ojos, y no sentí la sangre correr más fuerte. Ni tus dedos aprisionando mi cuerpo, no sentí casi nada, viniendo de aquél pálido y extraño amor. La música se empeña en mecerme, dentro de su hondo ensueño, y me compenetra. Oh! Si tan solo pudiese yo vivir en ellas, en esas melodías arcaicas, y vivir de la manera fácil, y morir en cada uno de sus actos. Y que sean muertes pendulares, que vayan y vengan, de modo insignificante. Hasta el retorno de sol. Hasta que tu rostro desaparezca de mi habitación, de mi sillón, de cada uno de mis pasos.

Atheistic humor * * * * *

lunes, 3 de marzo de 2008

How I wish, How I wish you were here
We´re just two lost souls
swimming in a fish bow!
Year after year.
Running over the
same old ground.
What have we found?
The same old fears.
Wish you were here.



I feel


Temerosos recuerdos, cenizas putrefactas dentro de un recipiente acuoso, camas deshechas, tazas rotas y café subsanando las heridas de la madrugada. Nuestros rostros no son los mismos desde que nos interesamos más, desde que el acercamiento empezó a provocar catástrofes. La cuestión es que desde hace tiempo ya que no siento temblar mi cuerpo, o que la costumbre me ha quitado ese placer, el de la incertidumbre, ahora todo es moho, vejez, un paseo sin flores, días enteros sin sol. La amargura de un café pensado para tales situaciones de desperdicio, el acto de morirse hasta en el café. Arriba siempre alguien estará esperando una respuesta, una sensación de que todo marcha bien, de que el tiempo que solemos perder esta perdido y que todo ha acabado finalmente. Ahora se acerca el mediodía, o la medianoche, que en realidad da lo mismo. Lo que veo no es más que un reflejo tuyo en mi, una sombra, un intento fallido de caer como un ave en su nido. Cierto movimiento de piernas, tazas, colchas, me hace dar cuenta que no es cómodo estar en ambientes sofocados, menos en este, donde hay una gran parte de superficialidad, de mentira. La incomodidad de la mentira es un poco insoportable, para quien la percibe, quien la respira y se intoxica. El tiempo perdido dentro de juegos y sabanas, que ni siquiera son nuestras, todo termina siendo cuadrado e in entendible. Y la complejidad de esta locura, que me estremece pensando inútilmente en tiempos pasados y rayuelas que escaparon de mis ojos, cielos que no se dejaron ver, perdiendo el tiempo en estaciones viejas, viéndome pasar, entrando y saliendo, como siempre, huyendo. Y esa lagrima eterna que significa escapar de lo que sería mi primer cielo, la inacabable tertulia de quienes se sienten a gusto, de quienes no conocen el cielo y por ello no lo tocan. De quienes no saben del café entre las sabanas, esas personas sin fuego, que no vieron completamente la majestuosidad del plano horizontal. La tonta ilusión que me hace creer que formas parte de todo esto; La pronta realidad que me sacude haciéndome, una vez más, acreedora de la infalible caída libre, del café, del desamor.

domingo, 2 de marzo de 2008

Superficies polvorientas


Desperdicio. Sobrecarga. Instintos depredadores, no sé cual sería su verdadero nombre. Noches largas, arduas esperas en lo subterráneo del ser. En lo que consiste la desdicha del devenir. La idea del cambio, la textura de lo intangible. Por momentos, tu soltura, mi quietud y la tendencia a caer. Bajar, bajar, como horas que se pierden en los goces de sentirte en mí, en esta noche que tiene un gran sentido de lo absurdo de lo impreciso. Tu rostro sigue siendo neblina confusa. Y tus actos comprueban la realidad visible, una y otra y otra vez, como secuelas de este posible error. El error, lo real, lo tangible, y la música de fondo haciendo más tenso el posible escenario de la locura alarmante y palpitante dentro de mí. Los vaivenes sutiles que inventas, las secuencias que creas, todo lo referido a la conservación de lo más vano de todo. Puedo ir más allá de la mentira, podría afirmar, con seguridad, la gran verdad de la que nos hace falta hacernos cargo, de la que no escapamos pero sin embargo formamos tanta parte que nos provoca nauseas, enternecimiento, desvaríos, actos innecesarios, el contacto con tus pequeños dotes de azul, que me transportan completamente sólo a veces. Y me poseen, dentro del más vil sentimiento de pasión, de auto-satisfacción. De noches y noches enteras. De sombras incurables, de repentinas esquizofrenias, formas de diablos pintados en el techo, una habitación completamente en llamas, y el desperdicio una vez más. No quiero con esto decir que es inútil, quiero decir que no hace falta, el devenir es en este caso lo más problemático. Luego de esto, esto, entonces el segundo es el que casi siempre tiende a arrojarnos piedras de carga. En fin, todo sentimiento que derive de infiernos pasionales será tomado como algo sin importancia, algo nocivo, algo que suena y resuena con el solo pronunciar ese nombre. Algo tan ilusorio como esta múltiple estafa, como estas palabras que serán calladas, para encubrirme, detrás de estas, que no dejan de ser sensatas. El dolor en sí, es inexpresable, y desde ya que si en algún lugar me dirijo a alguien quiero aclarar que no daré nunca explicación alguna de lo inexistente. El momento en que mis pasos se alivianan es apreciable, sólo en su cercanía me doy cuenta de la muerte entre mis utopías. Tu sombra me proporciona algo de tranquilidad, el ignorarte es tan penoso, tan imposible de evitar. Tus luces me desnudan, me congelan y derriten. Me funden en la más ardiente de mis fiebres.

sábado, 1 de marzo de 2008

Not true



Dime..

Todo esto,

de qué se trata?

Estamos aquí, pero dime..

Esto es así?

Podría haber cosas detrás..

Las hay?

Me muevo..

Eres tú..

Pero dime..

Eres tú?