viernes, 18 de abril de 2008

Demonios Yugulares

Te toco con los ojos, te acaricio con el pensamiento, te siento cerca. Te prefiero, te aparto, te acerco, finalmente te acurruco dentro de mi recuerdo. Sentimos amor, sentimos rarezas, nos sentimos perturbados, nos maltratamos para poder disculparnos. Sabemos cosas, sabemos cuan lejos estamos, sabemos lo que necesitamos, sabemos lo que eternamente esquivamos de cada uno. Perdemos por eso también. Pierdo por ti también, pierdo la dureza y la credibilidad, pierdo la salud y el tiempo, pierdo el amor hacia mí misma, lo pierdo todo. Caigo aposentada en tus libertades, caigo dentro de las verdades, caigo al piso por tus mentiras, caigo dentro de tus ojos constantemente, caigo más y más abajo. No te vi, no te tuve, no existís, ni existo. Son sólo horas, cómo no dolerme, amor interminable, pequeño estafador de mis sueños, malvado y pérfido pensamiento que me lleva a tu mismo lugar, que me suguiere la falta, que me asegura la mentira. Tendiendo hilos que me reparen, tendiendo puentes que nos unan, tirando monedas en una fuente, haciendo pasar el tiempo, haciendo nada, haciendo morir cada instante, haciendo huecos en la tierra, diciendo de más, o de menos, declarando imposibilidad, callando, muriendo. Y esas palabras, que aún resuenan en mi mente, esas palabras, que supieron devolverme el aliento, esas palabras, esas dagas, esa sangre.

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