martes, 18 de noviembre de 2008

Precipitación

Miro a través de la abyección, de la furia roja que nos invade. Lluvia de cítricos sobre mis humeantes ojos marrones. Un grito escondido en el calor que sube por mi espalda. Y sigo sin decirlo. Un ciervo que jamás logró huir de su celda. Un ciervo azul grisáceo de arruinada compostura. El cielo repleto de nubes sin sentido y en el ambiente un olor rancio. Debe ser ese sudor inmundo que destila tu cuerpo cuando te veo regresar, cuando ya cayó tras las montañas el astro de gran dimensión. Intento recopilar una o dos miradas frías para darme un envión que me traslade de sustancia. Que me remita a la paz silenciosa del negro. Pero cierro los ojos y estás ahí, violeta insaciable. Murmullo de brujas en bosques verdes de moho y desprevención. Árbol profundo. Paz y silencio.

1 comentario:

Damned Poet dijo...

Tres líneas que salvan un párrafo:
-Un grito escondido en el calor que sube por mi espalda. Y sigo sin decirlo. Un ciervo que jamás logró huir de su celda. Un ciervo azul grisáceo de arruinada compostura-.
Un lector que salva tres líneas.
Un hombre y una niña que son un lector.