Cuando
El sol
Nos saca a pasear.
O cuando
Te olvido eufóricamente.
Afuera y adentro.
Y si podemos es mejor.
Se vive, digamos.
Contemplamos
La sordidez.
Y la burlamos.
La noche es esparcimiento.
Pero allí está.
Como una línea
Constante.
Tu contorno.
Una sombra de luz.
Una intensa sonrisa.
O la nada preferencial.
Camino de regreso.
Seguridad.
Lluvia a través.
Pasos
Sólo existentes
En su sonido lejano.
Una tragedia.
La normalidad.
El tiempo
Que cae
Como las hojas
Y no son hojas
Si no nosotros
Quien cae.
La totalidad.
El número
De realidades
Contradictorias.
Día – noche.
Cuántas hojas cayeron
Desde que decidí sentarme aquí
A pensarlo.
En presencia
De la luna
Nos proponemos
Lo feliz.
El sol, se va.
Se va para allá.
Con la luna.
Y la felicidad
Se va.
Simultaneidad divina
Honorable putrefacción.
Sentimos
A las marionetas
Entre nosotros
En nosotros.
Escapamos.
Pero no.
Es mentira.
Siempre lo fue.
Ves un cielo entero,
Inacabable
Y si hay algo más grande
Lo olvidas.
Todo lo olvidas.
Ocultas la realidad.
La intercambias.
La vergüenza
No está.
Aún no.
Aún no sentís así.
Porque no ves.
No ves más que vos bajo ese cielo
Que cae.
Y que es efímero
Hasta que
Alguien lo detecta.
Como vos.
Vergüenza se llama la realidad.
Le puse ese nombre
Cuando supe
Que proyectar
Era engaño.
Y que cada uno de nosotros
Era una posibilidad
Imperfecta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario